Marzo 7 2010
Hoy mi mejor amiga se marchó. Se fue temprano y sin avisar, nadie de nosotros se dio cuenta; se fuen en silencio, sin decir nada. Me sentí mal, no pude ni siquiera abrazarla y decirle un simple adiós.
Marzo 8 2010
Hoy es lunes. Desperté y no estaba, aún no lo puedo creer. Encontré unas fotos de ella, otras más de nosotras juntas. Lloré.
Al volver a casa, esperé su recibimiento pero recordé que no estaría ya más conmigo. Recordé que los últimos días con ella fueron de mucho dolor, y después de todo su partida suponía lo mejor para acabar nuestro sufrimiento.
Otro día más y me cuesta acostumbrarme a su ausencia. Fueron 17 años y ahora que llevó dos, casi tres días el tiempo se me hace tan lento.
No me queda más, que a la fuerza resignarme a que ya no estará. Sé que nunca verá esto, ni tampoco lo entendería; pero aún así: Gracias.
Gracias por tu amistad, la más pura y sincera que la vida pudo ofrecerme. No te reprocho nada, pido perdones mis faltas, y aunque ya no estés aquí se que me cuidarás desde donde te encuentres.
