lunes, 18 de febrero de 2008

Gana el pueblo, pierde el PRI en Quintana Roo


Una vez más queda en evidencia el triunfo del abstencionismo en una de las entidades generadoras de mayores ingresos a la federación. Dónde nadie, intenta siquiera averiguar que pasa por la mente de los abstencionistas, quizá por el temor a encontrarse con la cruda realidad.Son las elecciones donde se da vida a las economías municipales, estatales o federales, de acuerdo al evento que se trate, es ahí donde se reparten indiscriminadamente los recursos por un lado para calmar o ser favorecidos por las voces de los comunicadores y por otro con el afán de ganar el sufragio del pueblo comprando conciencias.Es increíble que en pleno siglo XXI aún se tengan que cuidar las urnas electorales con tanto esmero como si en el interior de cada una de ellas hubiera plutonio. Sin embargo, el sentir del pueblo nos deja un sabor de boca que no satisface a ningún político y menos a las instituciones encargadas de dar credibilidad a un proceso por demás manoseado.En el 2002, hace seis años cuando se realizaron las elecciones intermedias, es decir, similares a las ocurridas recientemente, los sufragantes disminuyeron al 47.59%, las voces del júbilo se alzaron pero el 52.41%, es decir la mayoría de los votantes no lo consideraron así y esto se reflejó en las urnas.En las elecciones del año 2005 cuando el voto ciudadano llevó al triunfo a Félix González Canto, a pesar de las acusaciones y movilizaciones populares en la isla de Cozumel, por la muerte inexplicable de una menor adolescente, donde el entonces candidato a la gubernatura estaba involucrado, en el estado solamente acudieron a votar el 56.87% de los ciudadanos existentes en el padrón, González Canto triunfa pero en su lugar de origen el que triunfa es Gustavo Ortega Joaquín representante del PAN.El triunfo de González Canto permitió “congelar” las investigaciones que la PGR había iniciado en su contra, gracias al fuero que obtuvo junto con la silla gubernamental.Nuevamente en estas elecciones intermedias, a pesar de tener todo el control del estado a favor de los candidatos del PRI, a pesar de la participación de los medios de comunicación para favorecer al mismo partido, a grado tal que el Instituto Electoral de Quintana Roo tuvo que intervenir sancionando a los comunicadores de diversos medios locales, exceptuando dos a nivel peninsular. El gobierno de González Canto poco o nada pudo hacer contra la abstención quienes llegaron a ser una mayoría aplastante superando el récord impueto hace seis años, dejando como resultado solamente a 46.14% de votantes.Los resultados son los siguientes:

Municipio>>>>>>>>>>>>>>>> % de votos

Othón Pompeyo Blanco--------------23.00

José María y Morelos-----------------4.00

Felipe Carrillo Puerto-----------------7.80

Cozumel-------------------------------11.00

Solidaridad-----------------------------8.52

Benito Juárez-------------------------40.00

Islas Mujeres---------------------------2.02

Lázaro Cárdenas-----------------------3.64

Cuáles serían las probables causas de tales resultados en un país donde el bien más caro que encuentran sus habitantes es la democracia. Un alto precio que no satisface nada más que a los beneficiarios directos de estos procesos.- Falta de credibilidad en las instituciones.- Falta de oferta política.- Algún evento deportivo.- Mejores programas en la televisión.- Alguna ceremonia religiosa.- Nula conciencia de los ciudadanos.- Exceso de empresas privadas y pocas de gobierno.Hace años que se impuso la Ley Seca antes y durante el proceso electoral, lo único que ha ocurrido es que se incrementen las ventas de las bebidas alcohólicas antes de los comicios y, particularmente en el municipio de Othón P. Blanco, un incremento de ventas de bebidas alcohólicas en la Zona Libre de Corozal durante los comicios. Los dineros que no captan la economía local van a parar en el país vecino.La abstención nace y crece durante los 70 años del PRI en México, el desánimo de los ciudadanos se incrementa y no cree en las instituciones gubernamentales que se encargan de las elecciones, crece un sentir entre la gente que dice con resignación e impotencia “por quien yo vote, el PRI siempre va a ganar”.Con el transcurrir del tiempo la principal institución electoral se desliga del gobierno y se incrementa su presupuesto, pero esto aún no convence a los ciudadanos más con la férrea labor de los legisladores que se dedican a descubrir que quienes están de acuerdo con los resultados electorales viven en IFElandia en alusión a un territorio de ficción donde impera la democracia, que ha sido creado por el Instituto Federal Electoral.Por otra parte la labor de los políticos ha dejado claro a la ciudadanía que quienes menos les interesan son sus representados. Políticos que se han convertido en eternos ocupantes de los cargos de “elección popular”. Clanes y grupos que manejan la política como empresa familiar, que entre ellos tejen y enredan lazos políticos, amistosos y familiares.Donde los candidatos que ofrecen sus posturas no logran convencer al ciudadano, con sus discursos llenos de rencor, con la falta de propuestas, no tienen “levadura política” y no logran levantar los votos de los fieles militantes de la abstención.Recientemente el Instituto Electoral de Quintana Roo atribuyó que la reducción de las votaciones se debió a que el día 3 de febrero se realizaron varios partidos de fútbol soccer e incluso se celebró el Súperbowl.Acaso, también el ir a celebrar alguna ceremonia religiosa haga disminuir la emisión del sufragio, no será acaso que los ciudadanos no tengan conciencia de sus derechos y deberes cívicos, por falta de la materia de civismo en el plan de estudios actual, no cabe duda que muchos son los factores que inhiben la votación efectiva, pero entre los últimos mencionados muchos no justifican con certeza a la abstención, menos aún cuando quienes colaboraron en las casillas electorales tuvieron que salir a golpear de puerta en puerta para exhortar a la ciudadanía a votar.Habrá que considerar que también muchos de los que acuden a las urnas van con el aleccionamiento que los partidos políticos han implantado en las mentes de los votantes que deben acudir a las urnas porque de no hacerlo otros tomarán sus votos para manipularlos a favor del mejor postor, así que dentro del abstencionismo no se ha considerado a aquellos que van y anulan sus boletas electorales, algunos van más allá y escriben consignas en contra de algún partido u organización, esos votos anulados no son tomados en cuenta y los consideran irrelevantes al no difundir cuántos son, ni los mensajes que la ciudadanía escribe en ellos.Quintana Roo es una entidad donde predomina la iniciativa privada, donde las empresas que giran en torno al servicio turístico generan la mayoría de los empleos sin importar que haya o no elecciones, la gente tiene que trabajar y quienes laboran en estas empresas por lo general prefieren atender a un turista, que resulta más redituable, que ir a votar.Quienes votan y lo hacen a favor del partido anquilosado y que permanece como partido oficial en Quintana Roo, es una masa que está constituida mayormente por empleados de gobierno, muchos de los cuales aún sienten agradecimiento por estar contemplados bajo la nómina estatal, hasta cierto punto actúan como carentes de voluntad propia y acuden sumisos a votar por el que consideran a nivel estatal como el partido oficial, bajo el concepto donde ellos sienten que “estamos bien, no hay porque cambiar las cosas”.Lo que resulta cierto y más grave de esta situación es que a quienes se les considera como los más irresponsables y que no tienen nada que alegar puesto que no acudieron a votar son los abstencionistas, pero son ellos precisamente que con su silencio le dicen a quienes se proclaman triunfadores que simplemente no lo son.Entre esa mayoría predomina el voto razonado, están quienes prefieren callar sin otorgar, pero nadie acude a ellos, nadie se acerca ni por curiosidad a investigar cuáles son los motivos por los que no acuden a votar.Las elecciones próximas quizá tengan mayor presupuesto, esto significa mayores costos, pero la sombra se alarga cada vez más porque los no votantes, los que se abstienen, cada día crecen más en número y estos son una mayoría que en silencio dice lo que no quiere.


Salvador Trujillo

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